OLIVERIO GIRONDO La poes¡a de Oliverio Girondo (1891-1967) ocupa un lugar superior e incomparable en las letras argentinas del siglo XX. En ella se encarnan, con vigor y aut‚ntica originalidad, los est¡mulos m s valiosos de la vanguardia de la primera preguerra mundial. (Editorial Losada) He aqui, una modesta selecci¢n de alguna de sus obras. Espero les agrade tanto como a nosotros. Soul Asylum & Diamond Darrell CANSANCIO ~~~~~~~~~ Y DE LOS REPLANTEOS y recontradicciones y reconsentimientos con y sin sentimiento cansado y de los reprop¢sitos y de los reademanes y redi alogos id‚nticamente bostezables y del reves y del derecho y de las vueltas y revueltas y las mara¤as y rc maras y remembranzas y remembranas de pegagojos¡simos labios y de lo ¡nsipido y lo s¡pido de lo remucho y lo repoco y lo remenos recansado de los recodos y repliegues y recovecos y refrotes de lo reamanoseado y relamido hasta en sus m s rec¢nditos reductos repletamente cansado de tanto retanteo y remasaje y treta terca en tetas y recomienzo erecto y reconcubitedio y reconcubic¢rneo sin remedio y tara vana en ansia de alta resonancia y rato apenas nata ya  rido tardo graso dromedario y poro loco y parco espasmo enano y monstruo torvo sorbo del malogro y de lo pornodr stico cansado hasta el estrabismo mismo de los huesos de tanto error errante y queja quena y desatino t¡sico y ufano urbano b¡pedo hidefalo escombro aminante por vicio y sino y tipo y l¡bido y oficio recansad¡simo de tanta tanta estanca remet fora de la n usea y de la revirgin¡sima inocencia y de los instintos perversitos y de las ide¡tas reputitas y de las ideonas reputonas y de los reflujos resacas de las resecas circunstancias desde qu‚ mares padres y lunares mareas de resonancias huecas y madres playas c lidas de hast¡o de almas calmas sempitern¡simamente archicansado en todos los sentidos y contrasenidos de instintivo o sensitivo tibio remditativo o remetaf¡sico y reart¡stico t¡pico y delos intim¡simos remimos y recaricias de la lengua y de sus regastados p ramos vocablos y reconjugaciones y rec¢pulas y sus remuertas reglas y necr¢polis de reputrefactas palabras simplemente cansado del cansacio del harto tenso extenso entrenamiento al engusanamiento y al silencio Oliverio Girondo (Poemas Aislados) 8 Yo no tengo una personalidad ; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestaci¢n de personalidades. En m¡, la personalidad es una especie de forunculosis an¡mica en estado cr¢nico de erupci¢n; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad. Desde que estoy conmigo mismo, es tal la aglomeraci¢n de las que me rodean, que mi casa parece un consultorio de una quirom ntica de moda. Hay personalidades en todas partes : en el vest¡bulo, en el corredor, en la cocina, hasta en W.C. Imposible lograr un momento de tregua, de descanso ! Imposible saber cu l es la verdadera ! Aunque me veo forzado en la promiscuidad m s absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan. ¨Qu‚ clase de contacto puede tener conmigo -me pregunto- todas las personalidades inconfesables, que har¡an ruborizar a un carnicero ¨Habr‚ de permitir que me identifique, por ejemplo, con este pedrasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con este cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una locomotora ? El hecho de que se hospeden en mi cuerpo es suficiente, sin embargo, para enfermarse de indagaci¢n. Ya que no puede ignorar su existencia, quisiera obligarlas a que se oculten en los repliegues m s profundos de mi cerebro. Pero son de una petulancia...de un ego¡smo... de una falta de tacto... Hasta las personalidades m s insignificantes se dan unos aires de transatl ntico. Todas sin ninguna clase de excepci¢n, se consideran con derecho a manifestar un desprecio ol¡mpico por las otras, y naturalmente, hay peleas, conflictos de toda especie, discusiones que no terminan nunca. En vez de contemporizar, ya que tienen que vivir juntas, , pues no se¤or !, cada una pretende imponer su voluntad, sin tomar en cuenta las opiniones y los gustos de las dem s. Si alguna tiene alguna ocurrencia, que me hace re¡r a carcajadas, en el acto sale cualquier otra, proponi‚ndome un pase¡to al cementerio. Ni bien aqu‚lla desea que me acueste con todas las mujeres de la ciudad, ‚sta se empe¤a en mostrarme las ventajas de la abstinencia, y mientras una abusa de la noche y no me deja dormir hasta la madrugada, la otra me despierta con el amanecer y exige que me levante junto con las gallinas. Mi vida resulta as¡ una pre¤ez de posibilidades que no se realizan nunca, una explosi¢n de fuerzas encontradas que se entrechocan y se destruyen mutuamente. El hecho de tomar la menor determinaci¢n me cuesta un tal c£mulo de dificultades, antes de cometer el acto m s insignificante necesito poner tantas personalidades de acuerdo, que prefiero renunciar a cualquier cosa y esperar que se exten£en discutiendo lo que han de hacer con mi persona, para tener, al menos, la satisfacci¢n de mandarlas todas juntas a la mierda. Oliverio Girondo (Espantap jaros) EL PURO NO EL NO el no in¢vulo el no nonato el noo el no poslodocosmos de impuros ceros noes que noan noan noan y nooan y plurimono noan al morbo amorfo noo no d‚mono no deo sin son ni sexo ni ¢rbita el yerto in¢seo noo en unisolo am¢dulo no poros ya sin n¢dulo ni yo ni fosa ni hoyo el macro no ni polvo el no m s nada todo el puro no sin no Oliverio Girondo (En la masm‚dula) I No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo ; cutis de durazno o papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodis¡aco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacar¡a el primer premio en una exposici¢n de zanahorias ; pero eso s¡ ! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ning£n pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar pierden el tiempo las que intentan seducirme ! Esta fue -y no otra- la raz¢n de que me enamorase, tan locamente de Mar¡a Luisa. ¨Qu‚ me importan sus labios por entregas y sus encelos y sulfurosos ? ¨Qu‚ me importan sus extremidades de palm¡pedo y sus miradas de pron¢stico reservado ? Mar¡a Luisa era una verdadera pluma ! Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el ba¤o, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres... Con qu‚ impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de alg£n paseo por los alrededores ! All¡ lejos, perdido en las nubes, un puntito rosado. " Mar¡a Luisa ! Mar¡a Luisa !"... y a los pocos segundos , ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte. Durante kil¢metros de silencio plane bamos una caricia que nos aproximaba al para¡so ; durante horas enteras nos anid bamos en una nube, como dos  ngeles, y de repente, en tirabuz¢n, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo. Qu‚ delicia la de tener una mujer tan ligera...aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas ! Qu‚ voluptuosidad la de pasarse los d¡as entre las nubes ...la de pasarse las noches en un s¢lo vuelo ! Despu‚s de conocer una mujer et‚rea, puede brindarse alguna clase de atractivos en a mujer terrestre ? Verdad que no hay una diferencia sustancial de vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho cent¡metros del suelo ? Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducci¢n de una mujer pedestre, y por m s empe¤o que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor m s que volando. Oliverio Girondo (Espantap jaros) TANTAN YO CON MI YO y mil un yo y un yo con mi yo en m¡ yo m¡nimo larva llama lacra  vida alga de algo mi antropoco solo y mi tumbo a tumbo canto rodado en sangre yo abismillo yo d‚dalo posyo del mico ancestro semirefluido en vilo ya l¡vido de l¡bido yo tantan yo panyo yo ralo yo voz mito pulpo yo en mudo nudo de saca y pon goz¢n en don m s don tras don yo vamp yo maramente apenas yo ya otro poetudo yo tan buzo tras voces ni¤as c lidas de tersos tensos h¡menes yo gong gong yo sinson un tan yo San caries con sombra can viandante vidente no vidente de semiausentes yoes y coyoes no m‚dium nada yogui con qu‚ me ir‚ gas graso sin m¡ ni yo al despu‚s sin bis y sin despu‚s Oliverio Girondo (Poemas Aislados)